13 de noviembre de 2009

Lluvia


Tan odiada por algunos y tan amada por otros.

Los días de lluvia siempre tienen algo especial por algún motivo son diferentes a esos simples días de sol. Todo se descontractura y pasa a ser un día relajado, cuando llueve la gente deja de correr para alcanzar el colectivo, los autos bajan la velocidad y la gente en la casa duerme.
Yo amo los días de lluvia, no porque puedo faltar al colegio o dormir tranquila, sino porque es un día en el que me puedo relajar y reflexionar sobre las cosas que me pasan, además me siento bien, en esos días. Generalmente me dedico a dibujar o a escribir.
Pero lo que sin duda todos hemos hecho alguna vez en un día así es quedarnos en la ventana admiranda como las gotitas resbalan sobre  el vidrio o simplemente quedarnos viendo como una gotita se convierte en una gota grande. Es gracioso admitirlo pero haciendo esto nos olvidamos de los problemas y nos concentramos en esa gotita tan insignificante.
Me acuerdo que en los días lluviosos me pasaba todo el día en la casa de mi abuela, esos recuerdos son algunos de los más felices. La ayudaba a hacer las cosas de la casa desde tejer o bordar hasta a hacer las camas. Amaba todos y cada uno de esos días. Ella siempre me hacia torta fritas obviamente que con ayuda mía yo me sentía feliz de amasar y poder ayudar a mi abuela lo que nunca faltaba y yo mas amaba era ESA, Una torta frita con forma de paloma, que era especialmente echa para mi.

Debe ser por eso que amo los días de lluvia, porque en ellos siempre fuí feliz

Miro caer las gotas de lluvia en mi ventana se que todo será igual no cambiará mañana 
El sol volverá a salir la luna será más blanca el río será más río y no caerán las montañas
 

Sweet

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